Cuentas pendientes
Por: Irene Artigas
(20 de octubre de 2012)
Que el agua siempre fuera en subjuntivo. Inexplicable,
como hilos fulminantes del aire en la seda.
Que el esplendor fuera una hoja de hierba en plena
floresta. Cruel, como sustituir cuerdas por láminas de
metal.
Que el silencio fuera solo en letanía. Tenue, como tabla
rasa sostenida en modulación.
Que el tiempo fuera una emoción compleja. Urgente,
como la dimensión de un soplo. Conectado, como visión
común.
Que el oráculo fuera más que el sello de un error. Impreciso,
como desviación insistente de ventanas.
Que el extravío no fuera lo único que se cuela por la
cerradura. Que fuera luz, como final de cielo desbordado.
Como el rumor de las hojas en los bosques más
íntimos.