Al principio de todo
Por: Héctor Alejandro Cárdenas Lara
A. Al principio de todo
Origen de la casa del habitante del Planeta Tierra. Aproximación sucinta
De acuerdo con la Teoría del “Big Bang”, el universo se formó por una “Gran Explosión” a partir de una “singularidad”, hace 13,800 (trece mil ochocientos) millones de años, desde ahí y desde entonces, se formaron la materia, el espacio y el tiempo; en un estado extremadamente caliente y denso, todo se expandió y continúa expandiéndose hasta la actualidad. Con más teorías, el sistema solar se formó hace 4,500 (cuatro mil quinientos) millones de años; se estima que hay indicios de que existieron organismos capaces de reproducirse hace 3,800 (tres mil ochocientos) millones de años, cuando la rotación de la Tierra duraba nueve horas. Cuando el día duraba 13 (trece) horas, ocurrió la “Gran Oxidación” (GOE siglas en inglés), hace 2,400 (dos mil cuatrocientos) millones de años, lo que cambió la atmósfera de la tierra, que pasó de tener menos de 2% de Oxígeno, a tener cerca de la composición actual con: 21% de Oxígeno y 78% de Nitrógeno (composición aproximada). Antes de GOE todo era gris, con la gran oxidación de los metales, se formaron más de 2,500 minerales, de los 5,400 actuales (2018), y con ello surgieron las rocas y las gemas preciosas, que dan los colores que actualmente adornan la corteza terrestre. Cuando un día duraba 16 horas, una célula bacteriana se convirtió en mitocondria y alojó el ADN; hace 540 millones de años, con un día de 21 horas, surgieron los invertebrados, después los peces; hace 320 millones de años, con un día de 22 horas, se formaron los reptiles. Hace 150 millones de años, cuando el día duraba 23 horas y seis minutos, se desarrollaron las aves y las plantas, y cuando el día duraba 23 horas y media, hace 130 millones de años, África se separó del sur de América y se formó el Océano Atlántico. En una Tierra poblada por dinosaurios, cuando el día duraba 23 horas y 36 minutos, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro, impactó a la Tierra en la península de Yucatán, con su centro en Chicxulub, hace 66 millones de años, provocó una nube de polvo que ocultó la luz del sol y causó la extinción de grandes vegetales, alimento de los dinosaurios, su extinción permitió el desarrollo de los mamíferos. Cuando el día duraba 60 (sesenta) segundos menos que el actual, cuatro millones de años atrás, se registran los restos de monos humanoides que caminaban erectos: el Australopithecus y el Habilis, y con un día de 36 segundos menos que el actual, hace 200,000 (doscientos mil) años, surgen los antepasados más parecidos a la especie humana de hoy, el Neanderthal primero y el Sapiens después, hace 70,000 (setenta mil) años, ambos cohabitaron durante algunos miles de años, el primero desapareció hace 30,000 (treinta mil) años, el Sapiens sobrevivió y perdura hasta nuestros días. Hace 10,000 (diez mil) años inventó la agricultura y su sedentarismo provocó un crecimiento de la población, que pasó de 10 (diez) millones de habitantes de entonces, a 250 (doscientos cincuenta) millones al inicio de nuestra era, hace un poco más de dos mil años; el número de habitantes se duplicó a 500 millones en el año 1500, y a 1,000 millones en el año 1804; las duplicaciones siguientes fueron a 2,000 millones en 1927, pasó a 4,000 millones en 1974 y a 8,000 millones de habitantes en el año 2022. Dentro de 200 millones de años, el día de la Tierra durará 25 horas. Las aventuras de Sapiens están en los libros de Historia de la Humanidad.
B. Beneméritos
Y otros personajes referidos por Ernst H. Gombrich
En el libro Breve historia del mundo de Ernst H. Gombrich, abundan los personajes que podrían ser merecedores del término “benemérito”, por lo que lo utilizo para la letra “B” de estos apéndices, sin embargo, también ha habido personas indignas para la humanidad, que no pueden recibir ese digno calificativo.
Si bien no todos los personajes han destacado en la humanidad por ser merecedores de reconocimiento, por sus actuaciones buenas, sí destaco que la historia del mundo que nos cuenta Gombrich, tiene una visión positiva, siempre esperanzadora de que puede haber un mundo mejor, y es en ese sentido en el que yo he preferido hacer mis notas y apéndices, con el propósito de destacar lo bueno y lo positivo para el tiempo actual. Hay abundantes acontecimientos que causan males y destacan por lo negativo, pero yo no hago una narración catastrofista de los pasajes de la historia, ni tampoco de visiones con escenarios futuros negativos ni graves al grado de aceptar las cosas como irremediables tragedias.
Los personajes buenos en la historia son muchos y de ellos debemos tomar sus enseñanzas para conducir nuestro camino en la vida y ayudar también con eso, a compartir con los demás las buenas cosas y a crear, junto con otros, las oportunidades para vislumbrar siempre una vida mejor, más sana, más agradable y con mayor Alegría, que escribo aquí con mayúscula, para destacar lo que podríamos tener a la vista en nuestro actuar cotidiano.
Me gusta la expresión de Fernando Savater, el filósofo español, que escribió en su libro Diccionario filosófico, cuando vemos en su índice la palabra “Felicidad”, señala el número de la página y al ir a buscarla, dice: “Felicidad: véase alegría”. Y en alegría, él apunta, entre toda su nutrida y valiosa explicación, una frase: “no sé qué sea la felicidad, pero estoy seguro que se llega a ella por el camino de la alegría”.
El libro de Savater, es el diccionario de sus propias reflexiones sobre la “filos” y “sofía”, el amor por la sabiduría. De igual manera en estos apéndices sobre la historia de la humanidad, trató de prestar mis propias reflexiones sobre la importancia de los saberes que nos hereda la historia y la importancia de aprender de ellos, para que cada quien elija sus preferencias, pero tenga siempre a la vista enseñar que es posible ser creativos y constructivos en la vida, como elección por encima de fatalismos y de lo destructivo.
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